
La dieta Mediterránea es un modelo dietético caracterizado por el alto consumo de ácidos grasos monoinsaturados, principalmente provenientes de aceitunas y aceites de oliva; consumo diario de frutas, vegetales, cereales de grano entero y productos bajos de bajo contenido graso diariamente; consumo semanal de peces, aves de corral, frutos secos y legumbres; un consumo relativamente bajo de carne roja; y un moderado consumo diario de alcohol, normalmente con las comidas. La dieta Mediterránea, de acuerdo al Dr. Demosthenes Panagiotakos y a Christina-Maria Kastorini, MSc, Ph.D. cand., es uno de los mejor conocido y mejor estudiado modelo dietético, el cual se ha asociado con disminución de la mortalidad causada por muchos factores, bajo riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad y algunos tipos de cáncer. Adicionalmente, tiene efectos benéficos sobre la obesidad abdominal, niveles de lípidos, metabolismo de la glucosa y niveles de de presión sanguínea, los cuales son también factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y diabetes. Los efectos antioxidantes y antiinflamatorios de la dieta Mediterránea en su conjunto, así como los efectos de los componentes individuales de la dieta, y especialmente el aceite de oliva, las frutas y los vegetales, granos enteros y pescado, también confieren un rol benéfico a este modelo.
Fuente: ScienceDaily (Marzo 9, 2011).
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